La conferencia informa de las nuevas tecnologías para el estudio microscópico del cerebro: los proyectos “Cajal Blue Brain” y “Human Brain Project” , con lugar en el salón de actos de la ETSINF (UPV) el 14 de diciembre de 2023 a las 12:30
Uno de los objetivos fundamentales de la neurociencia es comprender los mecanismos biológicos responsables de la actividad mental humana. En particular, el estudio de la corteza cerebral constituye el gran reto de la ciencia en los próximos siglos, pues representa el fundamento de nuestra humanidad; es decir, la actividad de la corteza cerebral está relacionada con las capacidades que distinguen al hombre de otros mamíferos. Gracias al notable desarrollo y evolución del cerebro somos capaces de realizar tareas tan sumamente complicadas y humanas como escribir un libro, componer una sinfonía o inventar el ordenador. Ciertamente, la ciencia ha avanzado de un modo espectacular en las últimas décadas, permitiendo el estudio del cerebro desde todos los ángulos posibles — molecular, morfológico, fisiológico y genético—, si bien tan sólo hemos comenzando a desentrañar algunos de los misterios que encierra. Aunque parezca sorprendente, todavía no tenemos respuesta a algunas de las principales preguntas de la neurociencia, como por ejemplo: “¿Cuál es el substrato neuronal que hace que las personas sean humanas?”. En otras palabras, ¿qué tiene de especial la neocorteza humana y cómo se diferencia de otras especies? “¿Cómo se altera el cerebro y por qué se produce la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer o la depresión?”. “¿Cómo integra el cerebro simultáneamente la información procesada en distintas áreas corticales para producir una percepción unificada, continua y coherente?”. Todas estas preguntas fundamentales y otras muchas no tienen todavía respuesta, a pesar de los grandes avances científicos actuales. Por estos y otros motivos han surgido a lo largo de los últimos años diversos proyectos a escala mundial, entre los que se incluyen el Blue Brain, el Cajal Blue Brain, el Human Brain Project, el Brain Activity Map y el liderado por Allen Institute. Estos proyectos son ejemplos de cómo las nuevas tecnologías y las estrategias interdisciplinares están dando lugar a avances tecnológicos espectaculares y que sin duda se acelerarán de forma notable con el inicio de las nuevas grandes iniciativas. Puesto que cada vez son menores las limitaciones tecnológicas y los científicos estamos mejor organizados para abordar el análisis del cerebro, ¿por qué no podría ser posible construir una corteza cerebral in silico (“siliconcortex”), es decir, una máquina computarizada basada en un modelo realista del diseño anatómico, fisiológico y molecular del cerebro? Por último, el tema de la relación entre la mente y el cerebro ha sido tratado a menudo no solo por los neurocientíficos, sino también por especialistas en diversos campos del conocimiento desde muy antiguo. Es curioso que debido a las creencias religiosas o por entender que lo mental y lo físico son dos realidades distintas, las declaraciones de tipo materialista suelen causar un intenso y agrio debate, quizás porque nos provoca pánico rebuscar en la esencia de nuestro ser. A lo largo de los años hemos inventado máquinas cuyas capacidades parecían estar limitadas porque pensábamos que algunas facultades eran exclusivas del ser humano, como por ejemplo, jugar al ajedrez al nivel de un gran maestro. Esto tiene relación con uno de los temas recurrentes desde los tiempos de René Descartes (1596-1650), el de las maquinas pensantes. ¿Podría formular una máquina el célebre principio de Descartes cogito ergo sum (“pienso luego existo”)? ¿Por qué la idea de la inteligencia artificial provoca una reacción emocional negativa en muchos filósofos y neurocientíficos? ¿Dónde está la frontera que delimita el terreno humano y el de la máquina?
Sobre el ponente
Javier de Felipe es profesor de Investigación en el Instituto Cajal (CSIC) especializado en el estudio microanatómico del cerebro. Tras haber participado en el proyecto Neurolab de la NASA como investigador principal del equipo científico español, lidera o participa de forma muy significativa en dos grandes proyectos: el Cajal Blue Brain y el Human Brain Project. Gracias a estos proyectos, ha sido posible el desarrollo de varias herramientas y nuevos métodos anatómicos y computacionales que representan una importante contribución tecnológica para el estudio del cerebro. También es de destacar sus estudios sobre las raíces históricas de los circuitos corticales y las relaciones entre ciencia y arte, situando a Cajal como iniciador principal de la época dorada de la creatividad artística en neurociencias.